sábado, 30 de junio de 2012

El juego de las sillas parte I

Cuando yo era aún un niño, imagino que ustedes también, solíamos practicar un juego divertido que se llamaba el juego de las sillas, se trataba de poner sillas en circulo a las cuales íbamos dando vueltas mientras sonaba una musiquilla, en el momento en que la música paraba, todos corríamos a ocupar una de las sillas, porque el que llegaba tarde se quedaba fuera. 

Bien, dentro de ese juego, era típico ver grupitos de gente que intentaban hacer piña para que  cuando la música dejara de sonar, todo el grupito de amigos se quedara con una silla, y el que hacía menos migas(recordemos que en todos los grupos grandes, existían un grupo que estaba más unido y luego gente que aunque intentaban pertenecer al mismo se quedaban fuera sin ningún motivo aparente), se quedara fuera de los primeros.Por supuesto, también existían aquellos que con tal de no perder y no quedarse sin silla apenas se movían para asegurar su puesto, esos eran los que nos hacían enfadar y gritar e incluso tacharles de tramposos. Esa gente no tenía agilidad, tenía miedo a perder y preferían no arriesgarse y no divertirse con tal de conseguir tan preciada silla.

jueves, 28 de junio de 2012

El día D

Comienza hoy la andadura de este blog que nace de la necesidad de, no tengo muy claro si definirlo como una terapia individual, una manera de aclararme o simplemente una forma de recoger de una manera palpable lo que todos comentamos al pie de todas las piscinas de estas maravillosas islas. 

Permitanme ustedes "presentarme", más que nada para evitar las preguntas que espero surgirán o sobre todo para evitar que nadie piense que esto que escribo está dirigido con un fin concreto a favor o en contra de alguien. Pues bien, no soy nadie especial, no estoy vinculado de una manera excesiva con ningún club en concreto si no fuera por la vinculación que ejercen mis hijos al participar de este mundo, de la natación y al tener la suerte o la mala suerte, según se mire, de practicarlo en el marco de las islas Canarias. Puede decirse entonces que si, que por ellos soy un pescaíto indignao, indignado con todo lo que se escucha, con lo que parece una falta de soluciones y ganas de trabajar todos juntos e indignado porque parece ser que nadie quiere alzar la voz para decir algo que se escucha en todos lados, y para decir lo que corre de boca en boca, sin saber si llegará al destinatario correcto.